Carta abierta a la Unión Europea
La saga para publicar las Voces del Pueblo
Un estudio académico singular, patrocinado y censurado por la UE
La Unión Europea financió el estudio Voces del Pueblo y luego prohibió su publicación sin justificación alguna. La lucha por superar esta sorprendente restricción retrasó la publicación de la obra dos años. El libro ahora está disponible en portugués, en formato digital y en una tirada limitada.[1]
Sin embargo, a principios de 2024, aún nos enfrentamos a varias limitaciones para una mayor disponibilidad, en particular de su publicación en inglés. Este ensayo explica el porqué. Repasa los principales hechos del caso, plantea preguntas pertinentes y ofrece ideas para encontrar soluciones constructivas.
Hubiera sido más fácil no escribir esta carta para no revivir un episodio que causó dolor, trastornos y daños innecesarios. Esta inquietud se ve agravada por el hecho de que, para salir adelante, nos vemos obligados a «decir la verdad al poder». Este poder (la Unión Europea) es una institución de influencia mundial que reivindica la propiedad del estudio que elaboramos. En otras palabras, si quisiera, podría amordazarlo a su antojo. De ahí nuestra aprensión.
Aun así, eludir esta cuestión sería deshonesto con nosotros mismos y con otros. Nuestros lectores, el pueblo de Guinea-Bissau, sus autoridades y legisladores, nuestros colegas académicos de África y otros lugares; también los ciudadanos de Europa, que ayudaron a financiar este proyecto de investigación, tienen derecho a conocer la historia real.
Hechos claves
La iniciativa Voces del pueblo fue concebida para promover la investigación científica y el desarrollo democrático en Guinea-Bissau. El proyecto fue creado por DEMOS, un centro de investigación, con sede en Paraguay y Guinea-Bissau, y financiado por la Unión Europea (UE).
En 2018, DEMOS realizó la primera encuesta de opinión pública de la historia de Guinea-Bissau. Sus resultados se presentaron en un acto público, dirigido por el embajador de la UE. Al año siguiente, la UE acordó patrocinar una propuesta de DEMOS para profundizar los resultados de la encuesta, a través de una investigación estadística de minería de datos, un estudio de grupos focales y una revisión comparativa de la opinión pública en África, para «difundir estos hallazgos a través de publicaciones, presentaciones y talleres de capacitación.»
En el marco de este contrato, DEMOS elaboró tres informes sustantivos y el volumen colectivo Voces del pueblo: Sociedad, política y opinión pública en Guinea-Bissau, en portugués, junto con su traducción al inglés.[2] Hasta donde sabemos, ningún otro país de África ha realizado un estudio de opinión pública de esta envergadura y originalidad.
Durante noviembre de 2021, oficiales de la UE revisaron y elogiaron el manuscrito del libro, y lo describieron como un «estudio fantástico». Sin embargo, en un giro abrupto, el 29 de noviembre de ese mismo año, la UE decidió suspender su publicación.[3] A pesar de las repetidas peticiones, la UE nunca explicó este repentino cambio de opinión ni solicitó modificación alguna al trabajo realizado.
La decisión de la UE de suprimir un estudio científico, único y ambicioso, en África nos dejó consternados. Nuestro proyecto había concebido una forma innovadora de mejorar la comprensión del pueblo (el demos) de Guinea-Bissau. Entrevistamos a cientos de ciudadanos de todos los sectores de la sociedad y contamos con la participación de docenas de investigadores. El proyecto exigió más de tres años y medio de trabajo, de los cuales, al menos dos, resultaron gratuitos para la UE. De la nada, vimos cómo nuestro esfuerzo, sacrificio, creatividad y recursos utilizados para financiar este empeño, eran desechados, ¿con qué fin?
Las sanciones de la UE también impidieron a DEMOS llevar a cabo actividades destinadas a difundir el estudio Voces del pueblo e involucrar a los ciudadanos de Guinea-Bissau en la reflexión sobre los nuevos conocimientos y las ideas producidas sobre su país. DEMOS había organizado una serie de presentaciones, talleres y eventos mediáticos para promover el uso de esta información, de modo a contribuir a la búsqueda de soluciones democráticas, fomentando el accountability social, la inclusión y el diálogo cívico.
En lugar de fortalecer la democracia y la ciencia, el acto de censura de la UE restó poder a los ciudadanos de Guinea-Bissau, suprimió la libertad académica y frenó el progreso científico. En un giro perverso de los acontecimientos, un proyecto financiado por ciudadanos de la UE, para promover el conocimiento y los derechos humanos, en esta nación de África Occidental, produjo el resultado contrario.
Para superar esta desgarradora experiencia, DEMOS realizó varios esfuerzos para entablar un diálogo con las autoridades de la UE y ofrecer soluciones. Como salida, sugirió que la UE quedara desvinculada de la publicación y transfiriera a DEMOS los derechos de autor, para las ediciones del libro en portugués y otros idiomas. Ninguna de estas solicitudes fue aceptada. DEMOS organizó entonces una petición en línea, firmada por decenas de académicos de todo el mundo, para liberar la publicación del libro.
En octubre de 2022, DEMOS entregó ejemplares impresos del volumen a la Comisión Europea para asociaciones internacionales en Bruselas. Los libros portaban una franja negra con letras blancas, en las que se leía «CENSURADO por la Unión Europea». En una carta de presentación, se detallaba el incumplimiento del contrato por parte de la UE, a raíz del embargo del estudio. Unas semanas después, la Comisión Europea comunicó a DEMOS que podía «seguir adelante» con la publicación. Este paso positivo dio lugar a una prolongada negociación para definir los términos en los cuales sería difundido el estudio.
Para abril de 2023, la UE había indicado que no podía transferir los derechos de autor a DEMOS, debido a obstáculos internos, pero afirmó que DEMOS podía publicar el volumen en portugués e inglés, en un número ilimitado de copias, en formato impreso y digital. Sin embargo, prohibió la venta del libro. Esta restricción bloqueó la posibilidad de publicar el volumen en inglés con una editorial académica, acordado inicialmente con la UE. Que sepamos, ninguna editorial del estilo aceptaría correr con los gastos de producción y distribución de un libro que no pudiera vender. Esta restricción ha impedido a DEMOS utilizar los instrumentos del mercado para poner la obra a disposición del público, incluidas las bibliotecas y los centros de investigación de diversas partes del mundo.
Para resolver este impasse, DEMOS solicitó una mediación formal; tal y como estaba previsto en su acuerdo con la UE. La UE rechazó esta petición y dejó a DEMOS sin otro recurso, que buscar asesoramiento legal en Bélgica, como estipula el contrato. En resumen, la decisión de censurar nuestro estudio, en noviembre de 2021, retrasó por dos años la publicación del libro.
Preguntas relevantes
Los hechos clave del caso plantean una serie de preguntas importantes, aún sin respuesta. Aquí plantearemos algunas de ellas, en aras de la transparencia y la búsqueda de respuestas constructivas. Las siguientes preguntas se dividen en dos grupos: uno, examina la decisión de prohibir la publicación de Voces del pueblo; y el otro, considera los retos que supone intentar resolver este dilema.
En primer lugar, sobre la decisión de embargar nuestro estudio.
· ¿Por qué censuró la UE el estudio Voces del pueblo? ¿Qué provocó un cambio tan radical, después de acompañar el proyecto de investigación durante tres años y medio, y elogiar sus resultados?
· ¿Por qué la UE no justificó la decisión de prohibir el estudio?
· ¿Quiénes fueron las autoridades de la UE implicadas en este acto de censura?
· ¿Cuáles fueron sus motivaciones? ¿Políticas? ¿Su nacionalidad o antecedentes profesionales influyeron en esta decisión?
· ¿Estos oficiales de la UE tenían poder discrecional para anular el contrato firmado con DEMOS?
· ¿Consideraron estas autoridades cómo la decisión unilateral podría afectar a la reputación de la UE, a los derechos humanos en Guinea-Bissau o al avance de las ciencias sociales en África?
· ¿Por qué la UE sigue imponiendo restricciones a la amplia distribución del libro? ¿Por qué impedir que una editorial académica la publique en inglés?
En segundo lugar, sobre el proceso de resolución de conflictos.
· Si los contratos de la UE estipulan que los litigios deben resolverse primero de forma amistosa, ¿por qué no facilitar el diálogo para tratar estas cuestiones de forma positiva?
· ¿Por qué los contratos de la UE establecen la mediación formal como segundo paso en la resolución de conflictos, cuando puede ignorarse a voluntad? ¿Puede la UE simplemente prescindir de los términos establecidos en sus propios contratos?
· ¿Por qué se exige a las pequeñas ONG de África que recurran a la justicia en Bélgica, cuando les resulta prácticamente imposible hacerlo? ¿No debería la UE ofrecer igualdad de condiciones a la hora de resolver conflictos contractuales?
· ¿Por qué crear obstáculos al diálogo y a la mediación formal cuando la alternativa a esto —llevar a la UE a los tribunales en Bélgica — es prohibitiva para casi todas las ONG más pequeñas? ¿Es ésta una forma justa de tratar a los colaboradores de la UE en los países en desarrollo?
· ¿Por qué prohibir el uso de instrumentos de mercado para difundir los conocimientos producidos en proyectos de investigación de la UE? ¿Por qué no explorar formas de utilizar ambas fórmulas a la vez: el libre acceso y la distribución comercial?
Ideas constructivas
Errar es humano y los errores normales pueden corregirse. Ahora, si se repiten con frecuencia, se convierten en errores arraigados.[4] ¿Cómo podemos evitar repetir los fallos que socavaron el proyecto Voces del Pueblo? Esta sección comparte el espíritu del adagio «hacer limonada de los limones» y considera siete lecciones o ideas para mejorar. Algunas de ellas se basan en conversaciones informales con personas familiarizadas con la gestión administrativa de la UE.
1. Administrar contratos adecuados. Normalmente, la UE concede una subvención o contrato de subsidio para apoyar proyectos de investigación, promovidos por organizaciones independientes, que buscan generar información de uso público. A diferencia del contrato de servicios, firmado por DEMOS, los contratos de subvención suelen conferir derechos de propiedad intelectual al contratista. Si la dirección de la UE hubiera informado a DEMOS y adjudicado el contrato de subvención, previsto en sus procedimientos administrativos, nos habríamos ahorrado esta penosa situación.
2. Autorizar la transferencia de derechos de autor. La UE debería disponer de instrumentos jurídicos adecuados para reasignar los derechos de propiedad intelectual. Otros organismos multilaterales pueden hacerlo en cuestión de días. La UE no parece disponer de tales instrumentos. Sería útil que los tuviera. Esto permitiría a la UE, por la razón que sea, desvincularse de un estudio sobre el que tiene derechos de autor, en lugar de suprimir su publicación. Mecanismos jurídicos de este tipo podrían evitar atropellos a la libertad académica y conflictos en torno a estas cuestiones.
3. Facilitar la creación de un ombudsman. DEMOS firmó su contrato con la Comisión Europea para las Asociaciones Internacionales (INTPA), institución que no contempla a un ombudsman u oficina de enlace para sus contratistas.[5] Las disputas que se generan entre las ONG contratistas y las delegaciones de la UE se gestionan normalmente en el país. El problema surge cuando el diálogo está bloqueado por altos funcionarios de la UE, sea un embajador o un director en Bruselas. Los contratistas no acceden a un canal de comunicación para buscar la forma de llegar a un acuerdo amistoso. Un ombudsman del INTPA podría ayudar a nivelar el terreno de juego para que las ONG de los países en desarrollo puedan abrir camino hacia un diálogo constructivo con las autoridades de la UE, algo que nos hubiera gustado tener.
4. Consagrar la mediación formal. Los contratos de la UE no deben permitir a una de las partes eludir la solicitud de mediación formal de la otra parte. Esta cláusula es especialmente importante para las ONGs contratistas de los países más pobres, cuyas posibilidades de obtener representación legal en Bélgica son casi nulas. La UE debería considerar las enormes asimetrías que se generan. La mediación formal debe ser tratada como un derecho y no como un privilegio que se pueda conceder o ignorar a voluntad.
5. Defender los valores de la UE. El poder de la UE depende en gran medida de su prestigio. La idea de un bully gigante, sin ataduras a sus propias normas, que censuran las Voces del pueblo en un pequeño y pobre país africano, debería ser un anatema para las autoridades y los ciudadanos de la UE. En cambio, la defensa de los valores de la UE, mediante prácticas de gestión justas, transparencia y rendición de cuentas, afianza la posición de la UE en el mundo. Las presentaciones públicas de nuestro estudio en Bissau, la encuesta en 2018 y un avance de los resultados a principios de 2021, apuntalaron la credibilidad y el respeto por la UE. Mientras que el acto de censura genera lo contrario. La UE será más fiable mientras defienda la libertad.
6. Mejorar el acceso al conocimiento. Muchos proyectos de la UE en África pagan por bienes que deberían distribuirse gratuitamente. Estas políticas son sensatas en determinadas circunstancias. En otras, pueden obstaculizar el desarrollo del mercado, crear dependencia hacia la caridad y ser condescendiente con los beneficiarios. La prohibición de la UE de vender ejemplares de las Voces del pueblo sigue esta orientación. Esta exigencia ha impedido, de hecho, la publicación del volumen en inglés. Las editoriales académicas no son organizaciones benéficas. No revisan, corrigen, diseñan, maquetan, imprimen, encuadernan, promocionan y distribuyen sus libros gratuitamente. La UE debería saberlo. A los precios actuales, la subvención solo nos permitirá distribuir 300 ejemplares impresos del volumen en portugués.
¿Por qué impedir que DEMOS recupere los gastos ocasionados por la impresión y el envío de ejemplares adicionales? ¿Por qué prohibir la venta de libros a ciudadanos de Guinea-Bissau o a bibliotecas de otros países? Nuestra edición en portugués está disponible gratuitamente en el sitio web de DEMOS. Pero eso no debería excluir la venta de ejemplares en papel. No parece apropiado restringir oportunidades de mercado en África, que la UE no dudaría en ofrecer a sus propios ciudadanos. Un diálogo sincero, sobre la forma más eficaz de difundir nuestro estudio, ayudaría a encontrar mejores resultados.
7. Escuchar y aprender. La voluntad de escuchar puede marcar la diferencia. Conocemos de primera mano el valor de esta actitud, por el esfuerzo puesto en escuchar al pueblo de Guinea-Bissau para así comprender su situación. El poder tiende a crear distancia social, alimentar egos y engañar. Si la saga para publicar las Voces del pueblo nos enseñara una última lección, sería que escuchar da poder a todas las partes implicadas, fomenta la humildad y crea un sentimiento de reconocimiento mutuo, incluso cuando persisten las diferencias. Escuchar ayuda a superar errores, enmendarlos y encontrar soluciones sensatas. Si no es mucho pedir, esta es nuestra mayor esperanza para el futuro de la iniciativa Voces del pueblo.
Para concluir, apelamos a los valores fundamentales de la UE como la libertad, transparencia, justicia; el accountability y la democracia, los que nos inspiraron e incentivaron a escuchar relatos de primera fuente, de humildes ciudadanos de toda Guinea-Bissau, para elaborar un estudio singular. Estos principios necesitan una afirmación constante para evitar que las instituciones alimenten el cinismo y la presunción, que corroen los ideales que hacen posible la democracia. La UE siempre encontrará inspiración y respeto en la fuerza de estos valores fundamentales.
Notas finales
[1] Para acceder a una copia digital del libro, pulse aquí.
[2] La sección de agradecimientos del libro incluye una breve descripción del proyecto Voces del pueblo y el reconocimiento del decisivo apoyo prestado por varios funcionarios de la Unión Europea. Una sinopsis de los principales logros de esta investigación científica puede encontrarse aquí.
[3] A mediados de diciembre de 2021, la UE propuso alterar su contrato con DEMOS para permitir a la UE denegar la publicación del libro y los estudios auxiliares. DEMOS rechazó la propuesta, argumentando que violaba el acuerdo asumido por la UE de publicar los resultados de la investigación. Además, DEMOS alegó que esto contravendría los principios de la libertad académica y transparencia en los que se basaba el proyecto. La UE, sin embargo, decidió implementar unilateralmente la enmienda rechazada y censurar el estudio.
[4] Robert Chambers. Whose Reality Counts? Putting the Last First (Londres: ITDG).
[5] La UE cuenta con un Ombudsman Europeo, de muy difícil acceso para los pequeños contratistas internacionales.
** Texto preparado por Miguel Carter, PhD, director de DEMOS.